¡Bienvenidos!

En este blog de la parroquia de Sant Pancraç, de Barcelona, se recogen noticias, comunicaciones y eventos que han marcado la vida de la comunidad durante los años 2011-2013, siendo rector Mn. Joaquín Iglesias.

Estamos en la Calle Badajoz, 130, de Barcelona. Teléfono 93 300 59 57.

viernes, 25 de noviembre de 2011

Adviento, tiempo de esperanza

La Iglesia propone los tiempos litúrgicos para que sean como brújulas en la vida del cristiano. El primer tiempo fuerte, que inaugura el año litúrgico, es el Adviento.
La palabra Adviento significa advenimiento, tiempo de preparación para la venida de Jesús.
Hoy se habla mucho de la crisis de fe. Cada vez son más las personas que han decidido vivir al margen de Dios. Si la fe está en crisis podemos decir que la esperanza también. El mundo vive sumido en la apatía y en la decepción, sin esperar en nada ni en nadie.
La crisis del joven es de fe, todo lo cuestiona y duda. Esa una actitud muy propia de su edad, pero tiene que llevarlo a algo más que a la simple rebeldía y a la negación de una realidad trascendente.
La crisis del adulto es de amor. Es en esta etapa cuando cuesta mantener la fidelidad en el amor, tras un compromiso que, a veces, se rompe dolorosamente.
Y la crisis del anciano es la esperanza. Cuando ya llega a la última fase de su vida, se cuestiona muchas veces si lo que ha hecho, todos sus esfuerzos por su familia, por el trabajo, sus proyectos…, si todo esto ha valido realmente la pena.
La Iglesia, como buena madre, nos anima a no cansarnos de amar y a no perder la fe ni la esperanza. Adviento es un tiempo propicio para reflexionar sobre estas virtudes.
Frente a la cultura materialista y deshumanizada que nos envuelve, hemos de activar la esperanza. ¿Cómo hacerlo?
Con nuestro testimonio. El testimonio vale más que mil palabras. Los jóvenes tienen que descubrir en la persona adulta alguien que sigue esperando, que no se rinde. Alguien que les transmita que vale la pena amar, creer y esperar. Pese a todos los contratiempos que podamos tener, es importante llenar nuestra vida de Dios y confiar plenamente en Él. Tenemos que creer con firmeza que, a pesar de todo, Dios nos ama. Si la fe es un don de Dios, la esperanza es valentía. Los cristianos tenemos que convertirnos en antorchas de esperanza para el mundo.
Nuestra mayor esperanza es Cristo. Como dice San Pablo, ni la muerte nos puede alejar del amor inmenso de Dios. Este es el Dios que esperamos en Adviento, el Dios cercano que se hace hombre y que vive muy cerca de nosotros.

sábado, 12 de noviembre de 2011

Consejo pastoral de noviembre

El passat dia 10 de novembre es va celebrar el Consell Pastoral, presidit per mossèn Joaquim i amb l’assistència de: Joan Freixes, Anna, Manel, Rosa, Thelma, Magda i César.

Es va iniciar amb una pregària invocant l’Esperit Sant.

Els temes tractats i els acords han estat els següents:

Preparació de l’Advent. Es faran servir els símbols de les espelmes, una per cada setmana, i altres signes, com frases destacades que indiquen el sentit d’aquest temps d’esperança. Advent és esperança. Nadal és alegria i un esdeveniment que ha de canviar la nostra vida.
— 1ª setmana: estar alerta. Es llegirà el pregó d’Advent i se’n repartiran còpies a tots els feligresos al final de la missa.
— 2ª setmana: caminar, buscar. Es farà un camí amb fulles i pedres.
— 3ª setmana: visita a Elisabet. Qui vulgui podrà portar uns “regals” simbòlics per oferir.
— 4ª setmana: es treballaran els sentiments en positiu, es recolliran frases que expressin el significat que té Nadal per a cadascú.

Nadal. Es posarà el pessebre al mateix lloc de sempre. La missa del dia 24 serà “Missa del Pollet” a les 19 h. Per millorar les celebracions, es revisarà i adequarà la megafonia, així como la preparació dels lectors.

Altres temes:
—Trobades de pares i nens de catequesis. Es fan els segons dissabtes de mes, a les 18.30 h.
—S’anunciarà al full parroquial l’existència del blog.
—El proper consell serà el dia 1 de desembre a les 19 h.

Magda Domingo.

Actividades parroquiales

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domingo, 6 de noviembre de 2011

La proximidad del corazón



Los símbolos de la fiesta

El domingo día 30 de octubre tomé posesión de la parroquia de San Pancracio en la eucaristía presidida por Mn. Joan Galtés, vicario episcopal de la zona del arciprestazgo del Poblenou.
Además, también entró a colaborar formalmente con la parroquia el diácono Miquel Adrover, que también participó de la eucaristía.
Fue una celebración cargada de simbolismos y gestos: la ocupación de la sede, el beso al altar, la recepción de la llave del sagrario. Gestos que van definiendo la misión del rector como pastor.
La sede es signo del lugar que se ocupa para presidir a la comunidad. Pero no expresa un cargo jerárquico, sino un servicio: la responsabilidad del pastor, que ha de ser el primero en dar testimonio con una vida de entrega. Como bien decía Mn. Galtés en su homilía, glosando el evangelio del buen pastor y citando a San Agustín, “el oficio del pastor es un oficio de amor”.
El altar es el lugar sagrado donde se conmemora el sacrificio de la pasión, muerte y resurrección de Jesús, gesto de donación sin límites expresado en el pan y el vino consagrados. Besar el altar es dar un beso al lugar, convertido en mesa, donde se parte y reparte al Señor de la vida, Jesús resucitado. Él sigue invitándonos a su ágape para que no desfallezcamos en nuestra lucha por mantenernos fieles a su amistad. Nos llama a que le comamos juntos y celebremos la victoria del amor sobre la muerte.
Por último, recibí la llave del sagrario, donde se deposita la reserva. Con su lámpara llameante, el sagrario nos recuerda que la presencia de Jesús sigue viva y que siempre nos espera, para que le hablemos y estrechemos lazos con él. Nunca olvidemos que Cristo no se cansa de esperar y que el día más gozoso para él es cuando nos reunimos entorno a su altar, cuando la comunidad vive y participa de su presencia.

Agradecimiento

Quiero dar las gracias al padre Rodrigo, a Lola, a Raúl, a Manuel, a Magda, a Anna, a Telma… y a otras muchas personas —no recuerdo sus nombres— porque hicieron posible una fiesta entrañable y sencilla, donde me sentí abrumado por su acogida, cálida, sincera y alegre. Me sentí realmente como en casa.
El bello escrito de bienvenida expresa el espíritu de una comunidad abierta y hospitalaria que, a pesar de tantos cambios, y de tantos sacerdotes como han pasado por ella, les ha acogido de forma incondicional. Por encima de todo, ha sido fiel reuniéndose entorno a Jesús, respetando y queriendo a los pastores que le han sido enviados.
Doy gracias a Dios porque en la sencillez de ese escrito se refleja también la hondura de una mujer a la que los años no han quitado su vitalidad.

Cercanía del corazón

Todavía sorprende que, dada su ubicación, entre naves y edificios industriales, la parroquia se haya convertido en un hogar cálido donde se vive con intensidad un profundo sentimiento religioso. Ni las naves, ni los bloques, ni siquiera la propia estructura urbanística del barrio, han impedido que en esta humilde parroquia se haya fraguado una auténtica comunidad cristiana. Esto no sería posible sin la proximidad del corazón, y es que, cuando los corazones vibran al unísono, ni distancia, ni profundidades, ni altura ni obstáculo alguno nos puede apartar de Aquel que nos da la razón y la esperanza de nuestra existencia.
Y ya no solo hablo de la demarcación, sino de la rica y palpitante variedad que forma la parroquia: familias con niños, jóvenes, adultos y mayores, nacidos aquí o de países extracomunitarios. El tinte multicolor de las misas de las culturas expresa esta riqueza humana, cultural y lingüística. La uniformidad muchas veces estanca las comunidades y las hace endogámicas. Id a predicar el evangelio a toda criatura. Es una misión que recibimos del mandato expreso de Cristo después de su resurrección. Las diferencias no son excluyentes. Cuando se vive compartiendo ya se vive la unidad del amor y la comunidad se convierte en un grupo de amigos de Jesús. Eso la hace creíble como testimonio de comunión y fraternidad de enamorados de Cristo, el único que nos puede hacer felices.
Como decía el Papa a principios de su pontificado, él no te quita nada, sino que te lo da todo. Y si os enamoráis de Cristo, os enamoraréis con pasión de la humanidad, es decir, de cada ser humano y, en especial, de sus predilectos: los niños, los enfermos, los pobres. Ojala sepamos hacer de nuestra comunidad un referente testimonial ante nuestro barrio.
Que Dios os bendiga.
Mn. Joaquín 

domingo, 30 de octubre de 2011

Saludo

Inauguramos este blog, hoy día 30 de octubre, en que mosén Joaquín Iglesias ha tomado posesión como nuevo rector de la parroquia de San Pancracio.

En una eucaristía muy festiva, con toda la comunidad en pleno, mosén Joaquín y el diácono Miquel han iniciado su etapa al servicio de esta parroquia. 

En este blog iremos publicando noticias, novedades y aportaciones de todos los feligreses. Queremos que sea un pequeño reflejo de la rica vida comunitaria de San Pancracio.

Benvinguda de la comunitat

A mossèn Joaquim, el rector i a mossèn Miquel, diaca.

Benvolguts, ens trobem un diumenge més per celebra l’eucaristia, però aquesta celebració té una característica molt important per a la comunitat, i és donar la benvinguda al nou rector mossèn Joaquim i al diaca Miquel. Sigueu molt benvinguts!
La nostra parròquia, sant Pancraç, està acostumada als canvis. Han estat diversos els preveres que hi han passat, que hem estimat i ens ha dolgut que fossin destinats a un altre lloc, però hem rebut amb molt de respecte als nou nombrats i amb el temps també els hem estimat. En primer lloc, perquè són sacerdots, i també perquè hem tingut molta sort, ja que cadascun d’ells, amb característiques diferents, ha esdevingut l’ànima de tota la comunitat, i confiem i esperem que això no ha de canviar.
Tenim consciència de que som cristians i aquesta convicció transcendental ens ha fet comprendre que la voluntat de Déu té prioritat absoluta.
I per part nostra, de la comunitat, hi ha una actitud de participar de la vida de l’Església amb entusiasme, sense regatejar-hi esforços, des del més petit fins als més grans.
Si en el nostre caminar per la vida de vegades hi ha reversos, hi ha coses que costen d’entendre, si respirem el do de la caritat entendrem que val la pena viure estimant.
Us volem fer un petit esbós, molt petit, de qui som: una parròquia petita, que no fa soroll, una comunitat unida, fidel, que ens estimem, que ens coneixem, una gran família.
Varem néixer un 29 de gener de 1956 —ja comencem a ser grans— i són moltes les persones que han passat per aquí deixant-nos una part d’ells mateixos: la seva amistat, la seva estimació.
Hem fet coses que han funcionat, d’altres no ens han sortit tan bé; hem viscut etapes joioses, d’altres no tant, però sempre ens hem mantingut units i, de mica en mica, ha sorgit el nostre caràcter, la nostra manera de ser com a comunitat de sant Pancraç.
Esperem de tot cor que arribeu a sentir-vos “de Sant Pancraç”. Us obrim els braços i el cor perquè això sigui una realitat.
Joaquim, Miquel, una vegada més, benvinguts a casa nostra, a casa vostra, a Sant Pancraç, la casa de tots.

La comunitat de Sant Pancraç

Reflexió del nou rector

Una llamada al servicio a una nueva comunidad

No ha pasado ni un año de mi reciente incorporación a la parroquia de San Félix que he recibido del señor arzobispo una nueva misión.
Este año ha sido un tiempo vivido con intensidad, un año que ha significado meterme de lleno en la realidad de una nueva comunidad. Gradualmente he ido adentrándome en la esencia religiosa y cultural del entorno. Ha sido un año para empaparme a fondo de una historia que ha marcado el modo de ser y ha configurado esta parroquia, dándole su talante propio. La parroquia de san Félix muestra una gran fidelidad y un sentido de pertenencia a prueba de bomba, y esto ha posibilitado que, a lo largo de su trayectoria, de más de 70 años, hayan pasado por ella diversos sacerdotes que la comunidad ha aceptado y querido, cada uno con su modo de hacer y su talante.

Un nuevo territorio de evangelización

San Pancracio está en la misma demarcación arciprestal que San Félix, pero en un entorno muy distinto. Se levanta entre viejas naves y nuevos edificios que se yerguen entre las calles Badajoz y Sancho de Ávila. Una parte de este barrio ha sufrido una profunda transformación arquitectónica y urbana, especialmente la más próxima a la Rambla del Poblenou, arteria central del arciprestazgo. Entre dos solares donde se anuncia la construcción de nuevos bloques y un alto edificio acristalado, se levanta el tabernáculo de la parroquia, humilde, modesta, con su fachada de ladrillo y su pequeño frontón que evoca los templos de las primitivas iglesias cristianas. San Pancracio acoge al Señor de la vida, que no necesita de grandes rascacielos, sino de corazones ardientes que quieran recibirlo. 
La sobriedad de esta parroquia me conmovió. Se erige en una zona donde se da una doble realidad: por un lado, las naves abandonadas, habitadas por okupas de diferentes etnias, y la gente buena y sencilla que forma parte de la comunidad, con un fuerte sentido de barrio y un gran compromiso hacia su parroquia. Por otro lado, las gélidas construcciones de las empresas que están colonizando el territorio.

La sangre del mártir

Pero esas torres que roban la luz del cielo a las calles no podrán apagar la potente luz de Cristo que sale del sagrario. Allí, en medio de los gigantes de acero y cristal, la parroquia llama poderosamente la atención por su extrema sencillez. Y quizás esta simplicidad sea la mejor imagen para evocar al joven mártir Pancracio, que sometido a terribles interrogatorios y tormentos, jamás quiso renunciar a su fe. Esa rotundidad en defensa de la fe, esa audacia hasta la muerte, ese coraje en aquel adolescente ha de ser para nosotros ejemplo y fuerza que nos anime a seguir firmes en la fe. Su sangre derramada es un tesoro que tiene que alimentar nuestra fe, ahora más que nunca, en medio de una sociedad tan secularizada.

Agradecimiento

Quiero hacer un recordatorio de los anteriores rectores que me precedieron desde la constitución canónica de esta parroquia: mosén Santiago, mosén Forcada, mosén Agustín Viñas, que me llamó a la vocación sacerdotal, mosén Tubau, mi profesor de teología moral en la facultad, mosén Rafa Zamora, creativo, dinámico y locuaz, que supo hacer una teología cercana, paternal y festiva, con un profundo sentido de lo estético y lo musical —fue él quien fomentó la “misa de las culturas”, auténtico reflejo de la realidad sociológica del barrio—. Y finalmente, mosén Rodrigo, que supo acompañar dócilmente a Rafa y que, durante un año, ha llevado a buen puerto el timón de la parroquia. Ha sido un gran amigo y compañero sacerdote, siempre atento y disponible para ir cubriendo las necesidades arciprestales, haciendo sustituciones para celebrar eucaristías allí donde fuera necesario.

Invocación

Finalmente, no dejemos de invocar a san Pancracio. Como bien sabéis, es patrón de los pobres, los afligidos y los desafortunados. Ante Dios, él intercederá para que consigamos la paz cristiana necesaria para afrontar los avatares y las luchas cotidianas y para dar ejemplo de mansedumbre y abandono en Dios, como lo hicieron los santos.
Que él, junto con san Félix, también mártir, me ayude a servir con alegre generosidad a mi nueva comunidad, regalo que Dios me da a través de nuestro pastor diocesano, el Cardenal Martínez Sistach. Espero cumplir esta nueva misión con la ayuda de Dios y de la comunidad.
¡Gracias!

Mn. Joaquín