¡Bienvenidos!

En este blog de la parroquia de Sant Pancraç, de Barcelona, se recogen noticias, comunicaciones y eventos que han marcado la vida de la comunidad durante los años 2011-2013, siendo rector Mn. Joaquín Iglesias.

Estamos en la Calle Badajoz, 130, de Barcelona. Teléfono 93 300 59 57.

domingo, 30 de octubre de 2011

Saludo

Inauguramos este blog, hoy día 30 de octubre, en que mosén Joaquín Iglesias ha tomado posesión como nuevo rector de la parroquia de San Pancracio.

En una eucaristía muy festiva, con toda la comunidad en pleno, mosén Joaquín y el diácono Miquel han iniciado su etapa al servicio de esta parroquia. 

En este blog iremos publicando noticias, novedades y aportaciones de todos los feligreses. Queremos que sea un pequeño reflejo de la rica vida comunitaria de San Pancracio.

Benvinguda de la comunitat

A mossèn Joaquim, el rector i a mossèn Miquel, diaca.

Benvolguts, ens trobem un diumenge més per celebra l’eucaristia, però aquesta celebració té una característica molt important per a la comunitat, i és donar la benvinguda al nou rector mossèn Joaquim i al diaca Miquel. Sigueu molt benvinguts!
La nostra parròquia, sant Pancraç, està acostumada als canvis. Han estat diversos els preveres que hi han passat, que hem estimat i ens ha dolgut que fossin destinats a un altre lloc, però hem rebut amb molt de respecte als nou nombrats i amb el temps també els hem estimat. En primer lloc, perquè són sacerdots, i també perquè hem tingut molta sort, ja que cadascun d’ells, amb característiques diferents, ha esdevingut l’ànima de tota la comunitat, i confiem i esperem que això no ha de canviar.
Tenim consciència de que som cristians i aquesta convicció transcendental ens ha fet comprendre que la voluntat de Déu té prioritat absoluta.
I per part nostra, de la comunitat, hi ha una actitud de participar de la vida de l’Església amb entusiasme, sense regatejar-hi esforços, des del més petit fins als més grans.
Si en el nostre caminar per la vida de vegades hi ha reversos, hi ha coses que costen d’entendre, si respirem el do de la caritat entendrem que val la pena viure estimant.
Us volem fer un petit esbós, molt petit, de qui som: una parròquia petita, que no fa soroll, una comunitat unida, fidel, que ens estimem, que ens coneixem, una gran família.
Varem néixer un 29 de gener de 1956 —ja comencem a ser grans— i són moltes les persones que han passat per aquí deixant-nos una part d’ells mateixos: la seva amistat, la seva estimació.
Hem fet coses que han funcionat, d’altres no ens han sortit tan bé; hem viscut etapes joioses, d’altres no tant, però sempre ens hem mantingut units i, de mica en mica, ha sorgit el nostre caràcter, la nostra manera de ser com a comunitat de sant Pancraç.
Esperem de tot cor que arribeu a sentir-vos “de Sant Pancraç”. Us obrim els braços i el cor perquè això sigui una realitat.
Joaquim, Miquel, una vegada més, benvinguts a casa nostra, a casa vostra, a Sant Pancraç, la casa de tots.

La comunitat de Sant Pancraç

Reflexió del nou rector

Una llamada al servicio a una nueva comunidad

No ha pasado ni un año de mi reciente incorporación a la parroquia de San Félix que he recibido del señor arzobispo una nueva misión.
Este año ha sido un tiempo vivido con intensidad, un año que ha significado meterme de lleno en la realidad de una nueva comunidad. Gradualmente he ido adentrándome en la esencia religiosa y cultural del entorno. Ha sido un año para empaparme a fondo de una historia que ha marcado el modo de ser y ha configurado esta parroquia, dándole su talante propio. La parroquia de san Félix muestra una gran fidelidad y un sentido de pertenencia a prueba de bomba, y esto ha posibilitado que, a lo largo de su trayectoria, de más de 70 años, hayan pasado por ella diversos sacerdotes que la comunidad ha aceptado y querido, cada uno con su modo de hacer y su talante.

Un nuevo territorio de evangelización

San Pancracio está en la misma demarcación arciprestal que San Félix, pero en un entorno muy distinto. Se levanta entre viejas naves y nuevos edificios que se yerguen entre las calles Badajoz y Sancho de Ávila. Una parte de este barrio ha sufrido una profunda transformación arquitectónica y urbana, especialmente la más próxima a la Rambla del Poblenou, arteria central del arciprestazgo. Entre dos solares donde se anuncia la construcción de nuevos bloques y un alto edificio acristalado, se levanta el tabernáculo de la parroquia, humilde, modesta, con su fachada de ladrillo y su pequeño frontón que evoca los templos de las primitivas iglesias cristianas. San Pancracio acoge al Señor de la vida, que no necesita de grandes rascacielos, sino de corazones ardientes que quieran recibirlo. 
La sobriedad de esta parroquia me conmovió. Se erige en una zona donde se da una doble realidad: por un lado, las naves abandonadas, habitadas por okupas de diferentes etnias, y la gente buena y sencilla que forma parte de la comunidad, con un fuerte sentido de barrio y un gran compromiso hacia su parroquia. Por otro lado, las gélidas construcciones de las empresas que están colonizando el territorio.

La sangre del mártir

Pero esas torres que roban la luz del cielo a las calles no podrán apagar la potente luz de Cristo que sale del sagrario. Allí, en medio de los gigantes de acero y cristal, la parroquia llama poderosamente la atención por su extrema sencillez. Y quizás esta simplicidad sea la mejor imagen para evocar al joven mártir Pancracio, que sometido a terribles interrogatorios y tormentos, jamás quiso renunciar a su fe. Esa rotundidad en defensa de la fe, esa audacia hasta la muerte, ese coraje en aquel adolescente ha de ser para nosotros ejemplo y fuerza que nos anime a seguir firmes en la fe. Su sangre derramada es un tesoro que tiene que alimentar nuestra fe, ahora más que nunca, en medio de una sociedad tan secularizada.

Agradecimiento

Quiero hacer un recordatorio de los anteriores rectores que me precedieron desde la constitución canónica de esta parroquia: mosén Santiago, mosén Forcada, mosén Agustín Viñas, que me llamó a la vocación sacerdotal, mosén Tubau, mi profesor de teología moral en la facultad, mosén Rafa Zamora, creativo, dinámico y locuaz, que supo hacer una teología cercana, paternal y festiva, con un profundo sentido de lo estético y lo musical —fue él quien fomentó la “misa de las culturas”, auténtico reflejo de la realidad sociológica del barrio—. Y finalmente, mosén Rodrigo, que supo acompañar dócilmente a Rafa y que, durante un año, ha llevado a buen puerto el timón de la parroquia. Ha sido un gran amigo y compañero sacerdote, siempre atento y disponible para ir cubriendo las necesidades arciprestales, haciendo sustituciones para celebrar eucaristías allí donde fuera necesario.

Invocación

Finalmente, no dejemos de invocar a san Pancracio. Como bien sabéis, es patrón de los pobres, los afligidos y los desafortunados. Ante Dios, él intercederá para que consigamos la paz cristiana necesaria para afrontar los avatares y las luchas cotidianas y para dar ejemplo de mansedumbre y abandono en Dios, como lo hicieron los santos.
Que él, junto con san Félix, también mártir, me ayude a servir con alegre generosidad a mi nueva comunidad, regalo que Dios me da a través de nuestro pastor diocesano, el Cardenal Martínez Sistach. Espero cumplir esta nueva misión con la ayuda de Dios y de la comunidad.
¡Gracias!

Mn. Joaquín