Escrito de homenaje a Ana López, responsable de Cáritas parroquial durante muchos años, feligresa muy querida por todos en la comunidad de San Pancracio. Falleció el 13 de abril de 2014.
Casi
siempre que un ser querido se nos va, nos falta tiempo material para recordar y
evocar todo lo que esta persona representó para todos nosotros. Siempre nos
queda alguna cosa que no pudimos decirle o hacerle, pero luego, con el paso del
tiempo, vamos poniendo orden y nos damos cuenta de que la recordaremos mucho
más de lo que pensábamos.
Yo,
personalmente, doy gracias a Dios por haberme concedido un poco de tiempo, ya
que hace más o menos un mes y medio le llevé la Eucaristía a su domicilio, y
este mismo día pude darme cuenta que mi amiga no tardaría mucho tiempo en
dejarnos.
Empecé
rápidamente a confeccionar este escrito y así tuve tiempo de recordar múltiples
escenas de su amor hacia los demás, de su solidaridad con toda la gente, de su
amplia y franca sonrisa, de su manera tan peculiar de ver las cosas, de su gran
fe en Dios, de su inmenso amor hacia su familia. Y no pararía en horas y horas,
pero me quedo con su gran capacidad de conmoverse ante las cosas negativas que
ocurrían a su alrededor, se daba cuenta de todo y procuraba tender su mano caritativamente
y suavizar todas las situaciones tensas. Esto es una buena persona, lo que
decimos normalmente buena gente. Pues bien, que sepáis, todos sus
hijos/as, nietos/as, y amigos/as que Ana se va por la puerta grande y las del
cielo estad seguros que también se abrirán de par en par, ya que ella merece
esto y mucho más.
Por
último, querida amiga Ana, te deseamos lo mejor en este viaje que emprendes
hacia la casa del Señor y, sobre todo, ruega por todos nosotros, que
esperaremos aquí para poder seguirte algún día y tener la dicha de volverte a
encontrar.
Para mí
ha sido un gran orgullo tenerte como amiga y también lo estaré en muchos
momentos de mi vida, que será siempre que te recuerde. Has sido una gran mujer,
y este es el sentimiento tanto mío como el que comparte al unísono la comunidad
de San Pancracio.
Gracias
por todo, querida Ana. Descansa en paz para siempre.
Xavi