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En este blog de la parroquia de Sant Pancraç, de Barcelona, se recogen noticias, comunicaciones y eventos que han marcado la vida de la comunidad durante los años 2011-2013, siendo rector Mn. Joaquín Iglesias.

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domingo, 22 de septiembre de 2013

Despedida de Mn. Joaquín Iglesias

El domingo 22 de septiembre Mn. Joaquín celebra su misa de despedida con la comunidad de San Pancracio, de la que ha sido rector durante los dos últimos años. Con este mensaje se cierra este blog, que comprende el periodo de historia parroquial transcurrido mientras él ha sido párroco.

Ilusionado asumí como rector el cuidado pastoral de la parroquia de San Pancracio. De esto hace dos años. El joven sacerdote brasileño Rodrigo me pasaba la antorcha de relevo. Delicado y atento, me acompañó en ese momento crucial de mi vida. Sant Pancraç es una parroquia que amó y que ama, y me consta que, desde el otro lado del océano, sigue velando y rezando por su querida parroquia. Él partía hacia un nuevo destino pastoral, y yo llegaba para iniciar un camino aquí, consciente de que ya tenía otra responsabilidad como rector, y que esto podía diezmar mi tiempo con vosotros.

Hoy, casi en vísperas de la fiesta de la Merced, os digo adiós. En estos momentos, no puedo evitar recordar vuestros rostros y vuestra dedicación: personas sencillas, buenas, trabajadoras, serviciales, que amáis con especial esmero vuestra parroquia. Cada encuentro ha significado descubrir lo que de Dios hay en vosotros. A pesar de mi ritmo ajetreado, he podido interiorizar la gran riqueza que hay en vuestros corazones: ¡cuánto amor, cuánta entrega he visto en muchos de vosotros!

Como experiencia pastoral, ha añadido valor a mi sacerdocio, a pesar de haber habido momentos no fáciles. Todo lo que he escuchado, todo lo que habéis hecho y hacéis por vuestra comunidad, ha ensanchado mi corazón.

Entre aciertos y desaciertos, entre la confianza y el desconcierto, entre la alegría y la pena de no poder llegar a todo, hoy, dos años más tarde, me despido de vosotros. Doy gracias a Dios porque ha puesto en mi camino una experiencia intensa, donde he aprendido mucho. En medio del ritmo acelerado, nunca he dejado de anclarme en Dios, aceptando que el éxito pastoral no depende tanto de lo mucho o poco que puedas hacer, sino de cuánto te dejas tocar por Él. Porque una pastoral que no esté fundamentada en la oración y en el silencio puede convertirse en hiperactivismo, un no parar de hacer cosas pero, en el fondo, dar vueltas sobre uno mismo, creyendo que estamos haciendo mucho pero, en realidad, solo nos estamos proyectando sobre nuestro vacío. El sacerdocio, o está arraigado en Cristo, o se convierte en un mero hacer obsesivo.

Solo así, más allá de la eficacia del trabajo pastoral, la experiencia se puede convertir en sabiduría espiritual y alcanzar un sentido. A los ojos de los demás puede parecer sorprendente o desconcertante. El sacerdocio implica asumir riesgos, incluso equivocarse. Pero solo se crece en la lucha interior, incluso en las contradicciones. Así se madura.

Quiero agradecer sinceramente al consejo parroquial, a los que habéis asumido responsabilidades pastorales, a toda la comunidad, vuestros esfuerzos por hacer que esta parroquia siga vibrando después de casi sesenta años. En especial, quiero agradecer a Miquel Adrover, amigo diácono, que con delicadeza y atención me ha acompañado en esta tarea.

De la intensidad de vuestro fuego interior dependerá que la parroquia siga ardiendo con la fuerza del Espíritu Santo, y que siga siendo testimonio vivo del amor de Dios en este barrio.

Os llevaré en mi corazón y no dejaré de rezar para que esta pequeña comunidad brille con todas sus fuerzas y que, a pesar de estar enclavada entre naves y edificios industriales, sea faro de Cristo, ilumine y llene a las gentes de vuestro alrededor. Pido a San Pancracio, patrón de las personas con dificultades, que cada uno de vosotros se convierta en un dulce bálsamo para todos aquellos que padecen.

Finalmente, os pido que recéis por mí, para que siga firme en mi vocación sacerdotal con el sólido deseo de hacer siempre la voluntad de Dios.

Joaquín Iglesias

22 septiembre de 2013

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